Amandonos

La necesidad de amor es una constante en el ser humano, y esta necesidad la mayoría de las veces nos genera demasiadas expectativas desde el "yo" hacia el "tu". No nos damos cuenta que nadie va sentir o percibir como nosotros, ni poder estar dentro de nuestra construción de historia que nos lleva a ser como hoy somos. En el camino del crecimiento y la búsqueda, el trabajo para amarnos debe basarse primero en aceptarnos y liberarnos de las culpas que cargamos desde un siempre que no sabemos al cierto cuando empezó. Cuando podemos aceptarnos, ya no buscamos el amor de demasiadas personas, podemos ser felices con las pequeñas bendiciones diarias de nuestro hermoso mundo nuevamente reconstruido.
Amar a todo y amar a cada uno sin esperar mas de lo que puedan dar nos libera.
Y acá es donde se genera el conflicto. Porque amar de esta manera, lo llamare yo “amar responsablemente”, o sea, haciendome totalmente cargo de lo que vivo e siento independiente del otro. Asumiendo plenamente mi rol en la relación, pero a consciencia de quien soy, de que existo y me acepto. Nadie ni nada puede frenar mis deseos de ser mejor persona, nadie puede intervenir en mi camino a una vida mas plena. Al tomar esta decisión, todas las relaciones en nuestras vidas se enriquecen, dejamos a la triste “victima” descansar de su larga labor, (aunque es terca y cada tanto aparece, hay que tener fuerzas para alejarla) y empezamos una nueva relación con nosotros mismos y el entorno.
Nuestros caminos para crecer no son iguales... Debemos buscar dentro de nuestros criterios y creencias, aquello que mas me motiva y puede ayudar. Aunque tengamos miles de maestros, infinidad de libros, textos y cursos, psicólogos y magos por doquier, hay una mala noticia: el camino para crecer es bastante solitario. Porque somos los únicos que realmente nos conocemos, los únicos que hemos transitado nuestro camino, los únicos a vivir nuestros propios dolores. Entonces, lo que sirve para mi o me mueve, no siempre va servir o mover al otro.
Para ilustrar: una persona que convive con el dolor del abandono de una madre, al compartir su dolor con quien siempre ha tenido contención de una mama, esta persona podrá imaginar muy superficialmente que le pasa al otro, pero nunca acercarse demasiado. En esto podríamos también utilizar el triste argumento que muchas veces usamos con nuestros hijos a la hora de dar de comer: “Saben cuantos chicos no tienen?” Y si, lo pueden imaginar, pero no se acercan siquiera al hambre real de quien no tiene...
Entonces, retomando... es un trabajo bastante solitario, pero al empezarlo con la decisión de dejar de sufrir, encontraremos las herramientas que más nos puedan ayudar... No hay magia, la magia es la vida en si misma. Hay trabajo interno con lo que ya tenemos y lo que debemos incorporar para ser mejores, mas libres, mas plenos... Hasta decir con orgullo: Yo soy! Yo me acepto! Y... con una ternura especial, poder mirar estos hermosos ojos cansados de llorar al espejo, diciendo: YO TE AMO!

Rose Mary
14/05/09

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