Solsticio de Invierno


" Solo a dos voces "



Si decir No
al mundo al presente
hoy (solsticio de invierno)
no es decir

decir es solsticio de invierno
hoy en el mundo
no
es decir

decir mundo presente
no es decir
¿qué es
Mundo Solsticio Invierno?
¿Qué es decir?
Desde hace horas
oigo caer, en el patio negro,
una gota de agua.
Ella cae y yo escribo.
Solsticio de invierno:
sol parado,
mundo errante.
Sol desterrado,
fijeza al rojo blanco.
La tierra blanca negra,
dormida,
sobre sí misma echada,
es una piedra caída.
Ánima en pena
el mundo,
peña de pena
el alma,
pena entrañas de piedra.
Cae la gota invisible
sobre el cemento húmedo.
Cae también en mi cuarto.
A la mitad del pensamiento
me quedo, como el sol,
parado
en la mitad de mí,
separado.
Mundo mondo,
sonaja de semillas semánticas:
vírgenes mendigas
(múndicas,
las que llevan el mundum
el día de la procesión),
muchachas cereales
ofrendan a Ceres panes y ceras;
muchachas trigueñas,
entre el pecho y los ojos
alzan la monda,
Pascua de Resurrección:
Señora del Prado,
sobre tu cabeza,
como una corona candida,
la canasta del pan.
Incandescencias del candeal,
muchachas, cestas de panes,
pan de centeno y pan de cebada,
pan de abejas, pan de flor,
altar vivo los pechos,
sobre mesa de tierra vasos de sol:
como y bebo, hombre soy.
Sonaja de simientes, poema:
enterrar la palabra,
el grano de fuego,
en el cuerpo de Ceres
tres veces arado;
enterrarla en el patio,
horadar el cemento
con la gota tenaz,
con la gota de tinta.
Para la diosa negra,
piedra dormida en la nieve,
dibujar un caballo de agua,
dibujar en la página
un caballo de yerba.
Hoy es solsticio de invierno:
canta el gallo,
el sol despierta.
Voces y risas, baile y panderos,
sobre el suelo entumido
rumor de faldas de muchachas
como el viento corriendo entre espadañas,
como el agua que brota de la peña.
Muchachas,
cántaros penantes,
el agua se derrama,
el vino se derrama,
el fuego se derrama,
penetra las entrañas,
la piedra se despierta:
lleva un sol en el vientre.
Como el pan en el horno,
el hijo de la piedra incandescente
es el hijo de nadie.
A solas con el diccionario
agito el ramo seco,
palabras, muchachas, semillas,
sonido de guijarros
sobre la tierra negra y blanca,
inanimada.
En el aire frío del patio
se dispersan las vírgenes.
Humedad y cemento
.
El mundo
no es tortas y pan pintado.
El diccionario
es un mundo no dicho:
de solsticio de invierno
a pascua de resurrección,
en dirección inversa
a las agujas del cuadrante,
hay: «sofisma, símil, selacio, salmo,
rupestre, rosca, ripio, reprobo,
rana, Quito, quejido,
pulque, ponzoña, picotín, peluca...»
Desandar el camino,
volver a la primera letra
en dirección inversa
al sol,
hacia la piedra:
simiente,
gota de energía,
joya verde
entre los pechos negros de la diosa.
Escribo contra ¡a corriente,
contra ¡a aguja hipnotizada
y los sofismas del cuadrante:
como la sombra, la aguja
sigue al sol,
un sol sin cuerpo,
sombra de sol,
siempre futuro;
como un perro, la aguja
tras los pasos del sol,
sol ido,
desvanecido, sol de sombra.
No el movimiento del círculo,
maestro de espejismos:
la quietud
en el centro del movimiento.
No predecir: decir.
Mundo suspendido en la sombra,
mundo mondo, pulido como hueso,
decir es mondadura,
poda del árbol de los muertos.
Decir es penitencia de palabras,
la zona negra y blanca,
el húmedo cemento, el patio,
el no saber qué digo
entre la ausencia y la presencia
de este mundo, echado
sobre su propio abandono,
caído como gota de tinta.
La letra no reposa en la página:
memoria la levanta,
monumento de viento.
¿ Y quién recuerda a la memoria,
quién la levanta, dónde se implanta?
Fuente de claridad, alumbramiento,
la memoria es raíz en la tiniebla.
Come tiniebla,
come olvido:
no lo que dices, lo que olvidas,
es lo que dices:
hoy es solsticio de invierno
en el mundo
hoy estás separado
en el mundo
hoy es el mundo
ánima en pena en el mundo.

Octavio Paz

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