Descubrir(nos)



Antes de mirar hacia afuera, y proyectar hacia lo externo y a  futuro, debemos mirar intensamente hacia dentro de nosotros mismos. Cuando ponemos ilusiones y perspectivas en el otro, seguramente nos vamos a frustrar, lastimar y lo peor, quedar estancados o retrasados. El tomar consciencia de que somos nosotros mismo nuestro punto de apoyo dentro de este universo infinito de posibilidades, nos lleva a una mayor claridad, a una mayor libertad de acción, y a una mayor realización. Cuando logramos estar bien con nosotros, bien con nuestra presencia y a veces soledad, cuando nos sentimos parte de un todo, ya no nos hace falta apoyarnos en el otro. Entonces al otro, solo lo disfrutamos, aceptamos y compartimos, con sus tiempos, limitaciones y sueños propios. No podemos cambiar al otro, solo podemos trabajar en cambios en nosotros mismos para acercarnos a los demás con mas entrega y libertad. El proceso de iluminación pasa primero por la disposición de hacernos cargo de nosotros mismos, independiente de nuestra historia, de nuestros miedos, de nuestras creencias. Lo mas difícil de hacernos cargo, es que ya no tendremos a quienes echar las culpas de nuestros fracasos. Es difícil poder liberar a los demás de nuestra cobranzas, ya que eso justifica nuestra propia incapacidad de resolución de nuestra vida. Para salir de encuentro al otro, debo estar satisfecho conmigo mismo. De no ser así, no podre mantener una relación sana con ningún amigo, con ninguna pareja, ni con los hijos, ni con nadie que se cruce en mi camino. El esperar reconocimiento por cada acto que hacemos en relación al otro, nos lleva indefectiblemente a un pozo profundo de depresiones y angustias. Si doy tanto porque recibo tan poco? Entonces, el dar esta condicionado a lo que vamos a recibir, generando un circulo vicioso de espera y frustración. Así es como vamos cerrando las puertas a nuestro crecimiento... Nos metemos en una búsqueda de quien sera nuestro salvador, quien me va amar y reconocer mi valor y mis sacrificios, y seguimos mirando hacia afuera, esclavizando a los demás a nuestro egoísmo inconsciente de que ellos son responsables de como me siento, como me veo o como lo hago. Quien es este otro a quien le entrego el poder sobre mi vida? Porque es eso lo que hacemos, damos el poder sobre nuestras vidas a los demás. El como me siento depende del otro, de lo que me da o no me da, de lo que me aprueba o no aprueba, de cuanto me quiere o cuanto me rechaza... y así podríamos hacer una larga lista de cuanto entregamos nuestras vidas y capacidad de elección en manos de otros. Cuando logramos estar bien con nosotros mismos, todo lo que recibimos es un gran regalo... La mirada cambia y todo aquello que antes buscábamos sin encontrar, va llegando sin que siquiera nos demos cuenta. Porque todo esta a nuestro alcance, todo que necesitamos ya esta dentro de nosotros mismos.No es tan fácil prender la lamparita interior, porque nuestra oscuridad resulta demasiado cómoda... Pero, cuando nos animamos a hacerlo nuestro mundo se llena de magia. No solo nos iluminamos sino que iluminamos el mundo. Esta debería ser la misión: ser luz! Bien es verdad que debemos incluso con dolor, hacer una limpieza interna... Dejar de ser victimas del proceso vital, para ser parte de los creadores. Salir de mi para encontrarme, salir de mi para encontrar al otro, salir de mi para conocerme, salir de mi para amarme. Salir de mi para concretar el milagro de volver a entrar en mi renovado. Nacer de nuevo a un mundo infinito de posibilidades, felicidad, alegrías y disfrute completo de cada pequeño detalle del mundo. Si logramos mirar al mundo como la Gran Escuela, no perderemos nuestra capacidad de asombro en cada nueva descubierta, cada nuevo aprender, cada nuevo paso para delante, para arriba, para la libertad.
Rose Mary
24/07/2007

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