Por aquel sendero iba Ángel iba por el sendero Sin tiempo… sin edad… sin zapatos… sin camisa sin dolor, sin agonía sin fe… sin alegría ¿donde llevaba el sendero? Angel no lo sabía Interrogación no conocía Estaciones no afectaban Siempre allí en el hueco de aquel roble dormía Veía a tantos pasar por aquel sendero tan suyo reyes y reinas pasaron Plebeyos y esclavos también niños y madres pasaron perros con dueño perros sin dueño por aquel sendero pasaban con todos ellos iba Angel sin dolor ni agonía sin fe… sin alegría… Infinito en su ser Soledad era su hacer. Rose Mary 08/01/2018 https://escriboysano.com/
Antes de mirar hacia afuera, y proyectar hacia afuera y a futuro, debemos mirar intensamente hacia dentro de nosotros mismos. Cuando ponemos nuestras ilusiones y perspectivas en el otro, seguramente nos vamos a frustrar, lastimar y lo peor, quedar estancados o retrasados. El tomar consciencia de que somos nosotros mismo nuestro punto de apoyo dentro de este universo infinito de posibilidades, nos lleva a una mayor claridad, a una mayor libertad de acción, y a una mayor realización. Cuando logramos estar bien con nosotros, bien con nuestra presencia y a veces soledad, cuando nos sentimos parte de un todo, ya no nos hace falta apoyarnos en el otro. Entonces al otro, solo lo disfrutamos, aceptamos y compartimos, con sus tiempos, limitaciones y sueños propios. No podemos cambiar al otro, solo podemos trabajar en cambios en nosotros mismos para acercarnos a los demás con mas entrega y libertad. El proceso de iluminación pasa primero por la disposición de hacernos cargo de nosotros mismo...
Comentarios
Publicar un comentario